¿Qué
pasa cuando nuestros alumnos bostezan en clases, miran por la ventana, chatean
con su celular,...?
En fin, muchas situaciones donde nos podemos dar cuenta que su
atención no está centrada en lo que se desarrolla en la clase.
Todo lo que aprendemos llega a nuestro cerebro a través
de los sentidos y es procesado, almacenado y activado a través de una serie de eventos
electroquímicos.
Nuestro
cerebro no está equipado para procesar tanta información al mismo tiempo, por
lo que focaliza su atención sólo en lo que es útil para su supervivencia. Para
seleccionar la información utiliza filtros. Los estímulos sensoriales capaces
de atravesar estos filtros han de reunir una serie de condiciones para ser
seleccionados como importantes. Los estados emocionales también influyen en
este pasaje a través de los filtros, por esta razón es tan difícil que un
alumno con estrés aprenda.

Cuando la circulación de dopamina llega a
los lóbulos frontales, aumenta la
circulación de otro neurotransmisor, la acetilcolina, que incrementa el foco
atencional.
Tres preguntas para ti
1. Antes de cada clase ¿destino el tiempo suficiente a presentar los contenidos que se abordarán de manera atractiva y útil para mis alumnos?
2. Durante las clases únicamente me dedico a hablar yo o realizo preguntas durante mis clases, desafiantes y que promueven la indagación y la reflexión
2. ¿Planteo desafíos y problemas que no tienen respuesta única para promover la creatividad?
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